miércoles, 19 de mayo de 2010

Dejé atrás ese jugo de las princesas que su mundo es de color rosa y los príncipes azules. Dejé atrás ese pensamiento de enamorarme a primera vista. Dejé atrás mis sueños. Porque un día me enseñaste a volar. Porque me prestaste tus alas. Porque caí y tu me ayudaste. Porque cuando empiezas a volar ya no vuelves, te pierdes entre las nubes y desapareces del mundo, para no volver nunca más.



Cuando una cosa es ensañada con cariño,
nada se va a interponer en tu camino,
nadie te lo va a hacer olvidar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario