lunes, 15 de febrero de 2010

Se que tienes miedo, yo también.

Pego mis labios con los tuyos, los aprieto bien fuerte y una lágrima surca mi mejilla perdiendose en el olvido. Sigues el beso timido y con vergüenza. Nunca habia visto esa faceta tuya timida, me hace grácia. Tu mano se desplaza por mi espalda hasta llegar a la cintura, en la cual coges con fuerza, como si pensaras que me iba a esfumar. Mis manos descansan en tu pecho que suve y baja al compás de tu respiración. Como si de un error se tratara, nos separamos y nos miramos a los ojos. Me acaricias la mejilla sacandome la lágrima. Tus ojos denotan vergüenza, timidez y … culpabilidad. Me llevo una de las manos a tus labios, los cuales toco como si se fueran a romper con solo mirarlos. La cancion ha acabado hace rato y nosotros segimos inmoviles en medio de la nada. Tu otra mano, que esta en mi cintura, pasan a estar en mi pelo, acariciandolo con ternura. Una sonrisa se escapa de tus labios contagiandomela. Las últimas palabras son pronunciadas y suspendidas en el aire como las estrellas en el firmamento. Somos un mundo de incoherencias sin sentido. Me separo de ti del todo, solo siguen en contacto nuestras miradas. Me duele mucho separarme de ti, pero no tengo ningún remedio. Todo a acabado y con ello todo lo que era importante para mi. Me giro y empiezo andar. Me caigo y dejo que el miedo me lleve con él.

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