viernes, 16 de julio de 2010

Ella lloraba en una esquina de la habitación. Se sentía frágil e indefensa en un mundo extraño para ella. En ese momento no podía pensar en otra cosa que no fueran ellos. Echa de menos los nervios anteriores del, como ha dicho millones de veces, mejor momento de su vida. Echa de menos el no dormir por las noches pensando en que será maravilloso. Echa de menos las conversaciones kilométricas que tenia sobre el mismo tema. Echa de menos cada momento que ha vivido junto a ellos. Con su música. Con sus vídeo-clips. Con sus rostros.
Alza la vista y mira a las paredes de su habitación. Muchas miradas se clavan en ella. En algunos salen sonriendo, en otros serios, pero son ellos.
Echa de menos como
Gustav aporreaba sus timbales. Echa de menos como Georg movía su melena al compás de la música. Echa de menos como Tom decía "gracias". Echa de menos como Bill le hacia sentirse única entre tanta gente.
Ella lloraba en una esquina de la habitación. Se sentía frágil e indefensa es un mundo extraño para ella. En ese momento no podía pensar en otra cosa que no fueran ellos.
Pero no lloraba de tristeza, lloraba porque ha conseguido lo que quería. Lloraba porque ha conseguido hacer realidad su sueño. Está orgullosa de ella y de ellos. Ellos que son los que le hacen emocionarse por escuchar una de sus canciones.

Porque os debo el infinito. Gracias

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