lunes, 15 de noviembre de 2010

¿¡Tanto pido!?

Estoy al borde del acantilado. Hoy el día esta nublado y las nubes amenazan por empapar todo lo que encuentre a su paso. El rubor de la olas, que chocan contra las piedras, hacen una melodía preciosa. Extiendo los brazos y dejo que el aire dibuje mi figura con pintura transparente y deje en el lienzo de la vida, mis pensamientos escritos. Miro hacia atrás y solo veo como la hierba y las flores se mueven con la música del viento. Aunque haga frío, estamos en pleno verano. En ese lugar soy la persona más vulnerable y fuerte del mundo. Puede sonar contradictorio, pero ahora no se muy bien como me siento, un encrucijada de cosas se abren camino por mi pecho y mente. Es la primera vez que piso este lugar, es extraño, pero es hermoso. Mis manos dibujan figuras en el aire que se las lleva para siempre. No me entristece perder, lo que me mata es el olvido. Tengo la sensación de que las personas somo como muñecos manejados por un ser indefinido. Cuando un muñeco se rompe, su propietario ya no juega con él. Lo deja a un lado y al final siempre acaba al final de un cubo de basura. Tengo ese presentimiento de que las personas más tarde o temprano nos pasará eso y me aterra. Por eso he venido aqui, para decirle a ese ser inanimado que no somos suyos y que nadie tiene que tener control de nosotros mismos. Me siento al borde del precipicio y allí permanezco segundos, minutos, horas... no lo sé, pero de lo que estoy segura es que soy feliz. Las gotas que antes amenazaban caer, lo estan haciendo con una intensidad que da miedo. Con mucho equilibrio y rezando a nadie que no me caiga, me pongo de pie. La lluvia moja mi ropa, pegándola a la piel de mi cuerpo. Vuelvo a alzar los brazos y aclarandome la voz empiezo a chillar.


- ¡Te quiero y hago esto porqué no estás conmigo! ¡Quiero tenerte entre mis brazos mientras los dos sonreimos! - lagrimas empiezan a florecer de mis pupílas - ¡Quiero verte a mi lado cuando me despierte de mi sueño y recibir un beso tuyo en los labios! ¡¿Tanto pido?! ¡Te quiero! - silencio. Se lo voy a decir para que lo entienda - ¡Ich liebe dich!


Con una sonrisa en los labios, dejo caer los brazos y me doy la vuelta. Voy dejando mis pisadas marcadas en el barro que se ha formado en la hierba. Antes de perder el cielo de vista me giro y lo miro por última vez. Sigo mi camino sin dejar de sonreír. Soy feliz y nadie me va a hacer cambiar. Lo he conseguido, he perdido la vergüenza a enamorarme.

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