lunes, 15 de noviembre de 2010

Estoy enamorada, es un hecho...

Hace muchos años que no vuelvo por allí. Justamente desde ese día había empezado a creer en lo que me voltea y querer en lo que creo. Siempre me dijeron que era imposible alcanzar el sueño que llevaba años soñando, pero ahora me doy cuenta que he conseguido todo lo que me he propuesto. Me propuse sacarme el bachillerato, sacarme la selectividad, ir a la universidad e vivir durante una temporada en un lugar diferente al que nací y dejar todo y a todos allí y lo conseguí. Y lo más importante: me enamoré. Fue por casualidad y ahora estamos cogidos de la mano y andando hacia donde hace años le declaré mi amor. Gracias a las personas que me apoyaron en todo lo que me propuse, ahora soy más que feliz. Cada día doy gracias a mi familia y a mis amigos, por haber estado allí en los buenos momentos y en los malos. Han pasado muchas personas por mi vida y he confiado en algunas a las que las doy por muertas y otras tantas que me ignoraron. Ahora puedo ponerme delante de ellos y decirles que he llegado a lo más alto con mi esfuerzo y mi dedicación.

Tu sabes la satisfacción que da cuando te das cuenta que lo has conseguido todo y que las personas más representativas en tu vida, no han dudado de ti ni un solo segundo. Es una sensación que muy pocas personas puedan llegar a entender.

El aire frío vuelve a chocarme en el rostro y mi mente viaja hacia el pasado. Las palabras que dejé escapar de mis labios, ahora vuelven ami como un tren que pasa por tu estación sin parar y luego se aleja llevándose consigo todas las almas que abarcan ese tren. Cierro los ojos un instante y me visualizo a mí sentada en el precipicio. Hoy el día a amanecido feliz y contento. El sol brilla en lo más alto del cielo dando lugar a un cielo azul que intentas alcanzar. El susurro de las olas chocar, suena en nuestras cabezas. Nos miramos y sonreímos. Hemos llegado al final y allí perduramos unos instantes.


- Es aquí... - dejo escapar en un susurro.

- Me encanta. Es precioso. - sus brazos abrazan mi cintura y besa mi mejilla izquierda.

- Te quiero.

- Vuelve a repetirlo, pero como aquella vez que tantas veces me has explicado. - aclara dejándome libre de su abrazo. Lo miro sin entender y sonreímos.

- ¿Enserio? - pregunto un poco cortada.

- Si, quiero escucharlo. - me separo unos centímetros de él y miro al mar.

- Tu lo has querido - me aclaro la voz y extiendo los brazos como la última vez. Exhalo una gran bocanada de aire y me preparo. - ¡Te quiero! - grito todo lo más fuerte que puedo y cuando acabo lo miro. - Ahora es tu torno. - me imita y yo me río.

- ¡Te amo, hasta que el mar bajo nosotros y el cielo, se rompan bajo nuestro vuelo! - coge aire y me mira sonriendo. De mis ojos brotan dos cristalinas y sinceras lágrimas. - ¿Lo he hecho bien? - lentamente se acerca a mí.

- Lo has hecho perfecto.


El beso que nos damos es tímido y sincero. Nunca antes me había besado así. Cuando estoy a su lado me hace alcanzar el cielo con una simple sonrisa. Las palabras que acaba de pronunciar, son las mas bellas que nadie ha podido escuchar en su vida y por eso me siento única. Porque ahora ya puedo decir que él es el único hombre que amé, amo y amaré. Porque me siento afortunada por tener a una persona como él en mi vida. Porque soy feliz con solo tenerlo a mi lado y porque estoy enamorada.

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