viernes, 12 de febrero de 2010

Y dejo caer otra lágrima que baja por mi mejilla, por donde, antes, se han evaporado las anteriores. Él coloca sus manos a ambos lados de mi cara, y con el pulgar, acaricia y seca las lágrimas. Mis manos apresan sus antebrazos. Cierro los ojos con fuerza, reprimiendo las ganas de llorar. Noto su dulce aliento en mi rostro e instantes después nuestras frentes se juntan. Me dice que abra los ojos, pero si lo hago más lágrimas saldrán. No quiero llorar más de lo que ya he hecho. Niego con la cabeza.
Su nariz roza la mía con dulzura, con miedo. Un sollozo quiere salir de mi boca, pero lo ahogo con mi pena y mi soledad. Vuelve a insistir a que los abra para mirarle, pero me sigo negando.
No quería que se fuera, que me abandonara, pero lo tiene que hacer, hacer este viaje para cumplir su sueño y no se lo voy a impedir. No soy nadie para decirle que no, no puedo reprimirle el sueño que tiene por mi. No soy tan importante.
Una de sus manos se desplaza, acariciándome el pelo, hasta colocarse en mi nuca, y su otra mano se desliza hasta mi cintura y me acerca a él. Poso mis manos en su pecho. Bajo mi mano derecha noto su corazón, vivo, esperanzado, con ilusión. El mio está apagado, solitario, perdiéndose en un mar, del que no regresará.
Por fin pega sus labios con los mios. Es un beso tímido, lento y húmedo por mis lágrimas. Sus labios me transmiten una paz y una tranquilidad infinita. Yo con este beso le transmito lo que siento, le digo que ya le hecho de menos, que voy a estar pensando en él cada segundo que estemos separados. Este beso significa el adiós al que tengo miedo. Pero también es un beso sincero. Separa sus labios de los mios y los acerca a mi oído, susurrando me pregunta:

-¿He dicho que te quiero?- un estúpida sonrisa aparece en mi labios. Asiento vagamente-. Pues lo retiro. Te amo. Ahora abre los y di me a los ojos lo mismo que te estoy diciendo. Por favor.

Calibro la oferta que me esta brindando unos segundos.Si los abro se que de mis ojos caerán las lágrimas que estoy reprimiendo ahora, vera en mis ojos que no quiero que se vaya, verá que estaré mal con su ausencia, que me voy a quedar horas mirando una fotografía suya, que voy a estar esperando a que llame a mi puerta. Pero si no los abro no se si esta diciendo la verdad, mi memoria guradará un vago recuerdo de su rostro, que si no los abro ahora no tendré el valor suficiente para abrirlos más adelante.
Con un esfuerzo, que no conocía de mi cuerpo, abro los ojos poco a poco, adecuándome a la claridad de la sala. Veo sus ojos oscuros mirándome fijamente. En ellos encuentro amor, cariño y, como en los mios, también encuentro soledad. Como había predicho antes, los ojos se me anegan y lágrimas traicioneras resbalan por mi mejilla. Ahora soy y la que me limpio las lágrimas. Agacho la cabeza hasta encontrarme con nuestras manos entrelazadas.

- ¿Sabes que te pones muy fea cuando lloras? – me dice en tono burlón. Me coge con la mano que le queda libre la barbilla y me levanta la cabeza, y me vuelvo a encontrar con sus ojos.- Deja de llorar – me pide.
- Lo intento…
- No lo intentes, haz lo. No quiero ver en el último momento que estés llorando, quiero ver tu belleza habitual, como siempre, sonriendo, con la sonrisa con la que me enamoraste. Sabes que yo no soy bueno haciendo discursos y mucho menos improvisando, pero lo voy a intentar.
- No – le corto – solo abrazame – me introduzco en sus brazos, hundiendo mi cara en su clavícula.
- ¿Qué quieres que haga? – me estruja contra él.- Nada, callate. Solo abrazame, no digas nada, las palabras sobran. Con esto me demuestras más que con palabras.

1 comentario:

  1. ¡Holaa! Bueno, pues como ya te dije en el msn, este texto es el que más me gusta de los tres.
    Los otros también me gustan, pero este es el que más:)
    Me alegro que al final los carnavales salieron muy bien, aunque el disfraz no se pareciese mucho... ¡tengo ganas de ver las fotos!
    Tía, me caes muy bien!

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