lunes, 28 de junio de 2010

Todo me recuerda a ellos.

Donde vivía.
El piso donde he residido.
Las veces que consigo llorar al día.
Las veces que me insultan en una clase.
Las veces que miro sus fotos por la noche.
Las veces que sueño con vosotros.
Las lágrimas que derramo recordándoos.
En la habitación donde estoy internada.

Me llaman loca, chiflada, lunática, obsesionada. He aprendido a pasar de los comentarios. He aprendido a ser fuerte delante de mis "enemigos". He aprendido a curarme las heridas con mis lágrimas. Desde que un día ya no pude más y envié a un grupo de chicas al hospital, me han encerrado. Soy feliz. No puedo pedir más. Ahora podré estar todo el tiempo que pueda con ellos. Los posters que cubren todos los recovecos de mi habitación.






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